Pan con chocolate y calle, ésa era la merienda que todos queríamos cuando yo era pequeña.
Chocolate amargo, de olor fuerte y muy duro, como aquella vida dura y amarga que olía a hiel...
Hola a todos... bienvenidos...
Pasead por los recuerdos y la música y si os gusta, decídmelo...
Fue como descubrir un mundo paralelo... un mundo lleno de música espectacular, con fuerza, con un rítmo febríl... me gustaba tanto... Siempre iba acompañada de una imágen del Tío Sam y no sabía por qué. Después lo supe, lo entendí y, aunque para mi lo único importante de EEUU eran los Indios Nativos de Norteamérica, había algo en aquellas notas que meseducía... También hay que tener en cuenta que, mucha publicidad en la radio en aquellos años de mi infancia, tenía de fondo alguna de las piezas musicales de Glenn Miller así que, para mi se hizo familiar, cercana,amable... Ahí os la dejo, para que la disfrutéis... ¡EN FORMA!
Cuando tenía doce otrece años llegó a mis oídos el sonido de estas canciones y, llena de entusiasmo, cantaba el estribillo una y otra vez... hasta que mi abuelo, hasta el último pelo de aguantarme, me pedía que me callara: "Nenica, cállate ya, hijica... que me duele la cabeza"
La cantaban también los Sirex, pero el que de verdad suena bien es RockyRoberts.
La primera vez que me puse unos vaqueros, o tejanos, como los llamábamos nosotras en aquellas épocas, eran apretaditos y de algodón auténtico. Me costaron algo menos de quinientas pesetas y los acompañé con un polo blanco, un polo de jugar al tenis. Yo no jugaba al tenis, claro, pero se pusieron de moda. Sobre todo en blanco, para llevar los calcetinitos también a juego, con zapatos negros y, al llegar el otoño el atuendo se complementaba con una chaqueta de pana negra con grandes solapas. La chaqueta aún existe, incluso se la llegaron a poner mis hijas hace años.
Los vaqueros nos los comprábamos justitos, como ya he dicho pero, además, cuando nos los poníamos los mojábamos para que se quedaran más pegados al cuerpo y, como no podían faltar más manías, el pantalón debía parecer muy usado así que, cogíamos unas tijeras grandes y, con cuidado para que no se rompieran (a alguna de nosotras nos pasó alguna vez), los raspábamos hasta que perdían el color azul fuerte que traían de fábrica.
¡Cuánto los disfruté! Y cuanto renegó mi madre... porque empezó a descubrir que su hija no sería una niña modosita vestida con canesú (que también)...
Tardé mucho en ahorrar las casi mil pesetas que me costaron los pantalones y el polo. Como era de esperar mi madre no contribuyó al capricho, ya que aquellas no eran formas de vestir...
Los zapatos de plataforma son un icono para las mujeres de mi generación. Fue, como romper con todo lo establecido a través de los pies... parece una tontería, sí, pero aquella que conseguía que sus padres le permitieran salir de casa con vaqueros, maquillada y encima con zapatones, era una afortunada y liberada mujer de su tiempo. ¡Menudo triunfo! Yo lo conseguí.
Más tarde empezaron las salidas al Moustache de Mollet, el descubrimiento de multitud de grupos británicos con melenas rubias, vaqueros rotos y sandalias enrolladas al dedo. Yo no entendía un pimiento de lo que decían pero me gustaban muchísimo las canciones. Y me iba al kiosco a por cancioneros, para poder cantar después las canciones en castellano, cuando los grupos españoles hacían las versiones.
Cuando empecé a salir para ir a bailar al Moustache, descubrí que había vida fuera de casa, del cine y del Rigat de Cerdanyola, local al que acostumbrábamos a ir más que nada porque nos dejaban entrar gratis media hora antes de cerrar la puerta, que era sobre las nueve de la noche. Si te colaban, te podías quedar hasta que cerraban el local así que, entrabas de gorra y encima, podías bailar hasta las diez y media u once . Yo no pude nunca, claro, porque a las nueve y media tenía que estar en casa. No recuerdo haber pagado nunca la entrada, pero alguna vez me invitaron. La vida que descubrí más allá de aquél entorno cercano y conocido, fue apasionante. Lo viví como una explosión de sentimientos y sensaciones que, al recordarlo todo minuciosamente, llenaban el resto de la semana. Vivía deprisa durante seis días para lanzarme al domingo como una posesa... entraba en el Moustache con mis minifaldas y mi melena dispuesta a bailar hasta la hora de subirme al autocar que me llevaría de regreso a la monotonía y al aburrimiento. Porque, no había nada igual al Moustache para mí... era lo más... con sus grupos africanos, con los británicos, con los monografícos de Elvis, de Santana... con aquellas bolas de espejos, con aquellas luces que lo blanco parecía azul... con aquellas ráfagas intermitentes, que nos permitían hacer muecas y movernos de sitio para sorprender y divertir...
Sin embargo, también estarán conmigo para siempre las canciones de aquí, las españolas y pegadizas canciones de los grupos de moda:
Llevo más de cincuenta años viviendo y disfrutando de la música así que, ha llegado el momento de darle vueltas al vinilo del recuerdo...
¡Basta ya!
No os pongáis nostálgicos... ¡sonreid!
Éste, es un rinconcito donde voy disponiendo recuerdos musicales y personales pues, una cosa sin la otra, no sería fiel a mi proyecto sin embargo, no quiero que lo viváis con nostalgia sino con alegría... como cuando vemos fotografías antiguas y nos reímos de la ropa y los peinados... ¡A disfrutar! Y si os apetece, responded a las encuestas que hay más abajo...
La Bruja, no podía faltar, ya que era la que no me dejaba dormir...
Me la imaginaba rondando por mi ventana... ¡maaama mia que miedo el de aquellas noches!
¡Me encantan los bolos!
Aunque solo he jugado dos veces en mi vida pero, he de dicir, que hice casi todo plenos... para chincha y rabiña de los que miraban y no se lo creían... jejejeje
PAZ
¡Mi neurona!
Por fin ha vuelto... estaba de vacaciones...
Barquito de papel, en qué extraño arenal habrán varado tu sonrisa y mi pasado, vestidos de colegial
¡A bailar todo el mundo!
Y a hacer deporte...
¡Cualquier deporte!
Que el chocolate engorda...
El tiempo vuela... ¡atrápalo!
Juego de niñas...
Corin Tellado... fotonovelas para chicas soñadoras...
Más fotonovelas... me quedaba plantada delante de estas fotos como extasiada...
Éste hombre, se hacía llamar Juan Trench y nunca lo olvidé... años después lo ví de figurante en "La Estanquera de Vallecas" ¡me flipaba! Era tan romántico...
Aquí, aún lo veía más guapo...
Menudo tupé tiene aquí... jejeje
Perdonadme, pero he querido destacar estas sensaciones de adolescente...
Éstos dos fueron famosos en el mundo "fotonovenil"...
Menudas historias, menudas comidas de coco... jejejejeje
Y esta cara, también fue muy conocida...
Y ésta, también fue famosa...
Personas como Silvia Tortosa empezaron con fotonovelas... ya ves qué cosas...
Mi madre, criaba conejitos suaves en jaulas a las que yo no tenía acceso pero, de vez en cuando, me dejaba uno para que lo manoseara... yo lo prefería blanco...
Bolets... ¡qué ricos al horno con sal, aceite, perejil y ajo!
El primer fin de semana de octubre se celebró el tradicional concurso de boletaires en Berga.
Los árboles... me quedaría horas y horas debajo, delante, detrás, cerca, encima...
De hecho, opino que el mejor sitio para ver un árbol bien, es entre sus ramas... lo sigo pensando, pero ya no me subo a ellos, los miro de lejos... cuando voy en carretera... porque hace años que no paso un día en el campo...
La muñeca... se ponía encima de la tele... jejeje
Betty Boo.
¡Qué rico!
Campanilla...
Pan solo...
Labores de todo tipo...
Coser, bordar, punto de cruz, vainica, ganchillo, media... desde los seis años, que me hice mi primer vestido cosido a máquina y todo... ¡qué barbaridad! ¿Qué hicieron de nosotras aquellos tiempos?